Hecho por: Emmanuel Zagaceta
En un mercado cada vez más competitivo, encontrar una propuesta que combine sabor, personalización y cercanía con los clientes no es tarea fácil. Sin embargo, Ariana Paredes, joven emprendedora y fundadora de Golden Break, lo está logrando con sus irresistibles waffles que ya se han convertido en los favoritos de muchos.
Ariana recuerda que la semilla de su emprendimiento nació desde su niñez. Amante de los videojuegos, especialmente aquellos de cocina y atención al cliente, siempre soñó con trasladar esa experiencia al mundo real: “Quise ver qué era lo que se sentía llevarlo a la vida real, ir mejorando el local, en este caso mejorando los productos, y así nació Golden Break”, nos cuenta.
El secreto del sabor y la diferencia

Lo que distingue a Golden Break no es solo la presentación, sino sobre todo el sabor. Ariana señala que sus clientes destacan la calidad de la masa y la posibilidad de personalizar cada pedido. Desde toppings de frutas frescas hasta syrups y opciones como chocman y otros chocolates, la variedad es un plus que invita a volver por más.
Además, Golden Break ofrece un valor añadido único: el “Golden Pass”, un sistema de puntos que los clientes acumulan con sus compras y que pueden canjear por descuentos o incluso un waffle gratis. Una estrategia que no solo premia la fidelidad, sino que convierte cada compra en una experiencia divertida.
Un consejo para los jóvenes emprendedores
Para Ariana, emprender es atreverse, pero también aprender a medir los pasos. “Yo empecé trayendo 5 postres a la universidad, luego 10, 15, hasta llegar a 30 al día. Es importante medir tus esfuerzos, tu tiempo, y mantener un equilibrio con los estudios y la familia”, aconseja.
Con disciplina, pasión y creatividad, Ariana Paredes demuestra que los sueños sí pueden convertirse en dulces realidades. Golden Break no solo ofrece postres, sino también una historia de esfuerzo y motivación que inspira a más jóvenes a atreverse a emprender.
